miércoles

Nada que ver

Desde chavito me gusta saber lo que sucede en el mundo, no siempre opino, esa me la guardo para compartirla cuando me de la gana; lo aprendí del abuelo. Debatir sobre un tema pasado no le importaba, para él seguía vigente mientras le rondara la cabeza.
Así crecí, entre las noticias de Zabludovski, un televisor blanco y negro y un sin fin de sabios consejos del abuelo, él decía: deja que te cuenten, pero no te creas todo.
Ayer recordé al viejo mientras veía a Lolita Ayala, vaya que tiene un madral en esto de la conducción y parece nueva, digo, por aquello que se le lengua la traba y por lo regular pocas son las noticias que le arrancan un comentario personal que no esté dentro de ese aburrido guión de televisión que es leer, leer y sólo leer.
En lo personal me gusta cuando un conductor le agrega de su cosecha a la nota, que no sólo se encoje de hombros y cambia de tema, pido un imposible ya lo sé, aquí en México hasta los "teachers" son simples títeres que nos muestran sólo lo que al jefazo le interesa que veamos. Algunos dirán, pues voltea a otras televisoras, CNN, RCTV ahh perdón, Chávez no le renovó la concesión; pero que jodidos me interesa lo que opinen los demás de mi país, al final soy yo quien padece, ellos que saben si sólo vienen a cubrir una nota y se van. Como que el peje era un loco, que si Felipe iba a darle empleo hasta a los que ya tenemos uno, que si triunfó la democracia… Pero ahí la llevamos, entre manifestaciones de los despreciados por Tunick, bloqueos, “maestros” en huelga, “estudiantes” que se expresan, marchas de ilegales exigiendo a Bush lo que su país, México, no les da; todo va bien, esas son sólo notitas pa´ que la TV nos siga entreteniendo.

martes

Dead letters...





El reloj marca las 9:30 p.m., tu vuelo llega en 1 hora, no hago mucho caso ya que acostumbro adelantarlo 20 minutos, siempre estoy deseando dormir más cuando me despierta en la madrugada, hasta que te aprendí ese truco.
Acordamos encontrarnos en un hotel el 25, te he inventado un cuento que seguro has creído...
El taxi aún no llega, pero que se puede esperar un 24 de diciembre por la noche; me han puesto en lista de espera, que ironía, un día común tardo más en colgar que el taxi en llegar.
Bueno, intentaré relajarme escuchando un poco de música...
¡Diablos! A quién engaño, entre los nervios que atenazan y el estómago vacío imposible.

10:05 p.m.
Llegó, no hay más, lo tomaré e iré a enfrentarme a esa hermosa conspiración del universo que un día cruzó caminos. Cada semáforo en rojo me detiene a pensar, me debate entre la angustia de querer saber y el temor a confirmar lo que el corazón presiente; el nudo constante en la garganta me lo advierte, he de seguir, no te prefiero compartida. Seguro Milanés no amaba como yo cuando escribió el breve espacio...
¡Maldición! Intento enojarme en vano para que no duelas tanto. Tus palabras retumban en la mente y saber que no las escucharé me puede más que confirmar lo que sospecho.

10:35 p.m.
El encargado de conducirme a la habitación intenta conversar mientras subimos, no imagina, es lo que menos quiero, escuchar cuestionamientos, aún así le he dicho que perdí mi vuelo, seguro me compadecerá como el que ha visto la miseria y se siente afortunado.
El aire se respira tenso, el calor del ascensor sofoca mis maltrechos pulmones, el piso 15 jamás me pareció tan alto como ahora. Se abren las puertas y el fresco aire de un 24 de diciembre por la noche traspasa mis ropas, aspiro profundo como si en ello me fuera la vida y exhalo dejando caer los hombros.
Estaré en la habitación contigua, vaya suerte ¿no? Sin pedirla. Yo que pensaba tocar a tu puerta y...
Casi te siento aquí, temerosa de verme sentado en la baranda, me sujetabas fuerte diciendo que querías morir conmigo, que jamás se me ocurriera marcharme solo de este mundo.

11:30 p.m.
Llegas puntual, reconozco tu risa y el sonido de tu andar, inconfundible; te has desvestido lo imagino; no hay duda, lo confirmo cuando asomas al balcón. La vista es linda le decías, él siempre selecciona lo mejor, estás radiante, fascinada y estás sin mi...

25 de diciembre
3 llamadas, 4, 5… Eres tú, no quiero escucharte, sólo envío un mensaje que dice: Llegué antes a la cita, 11:30 p.m. del 24 de diciembre… Y nuestras vidas enmudecieron.

lunes

Me hace mal...

Me hace mal ser tan desconfiado, me ha echado a perder varias relaciones.
Me hace mal quedar como amigos. Quién diablos dijo que puedo escuchar detalles de tus nuevas relaciones y hacer como si nada.
Me hace mal la basura que publicas y lo que a solas me suplicas, me vuelve loco.
Me hace mal que opinen de un tema que tiene sólo una versión, la tuya.
Me hace mal expresarte lo que siento y digas... no se ve bien en un hombre.
Me hace mal tener tatuado tu nombre en mi espalda, trae recuerdos que duelen.
Me hace mal que te robes mis intentos de poemas para regalarlos a otro.
Me hace mal esperar cada diciembre.
Me hace mal mirar el celular cada minuto.
Me hace mal marcar tu número y detenerme en el último.
Me hace mal tener 5 años viviendo donde mismo.
Me hace mal saber que pude cerrar esa puerta.
Me hace mal que estés tan lejos...

viernes

Anecdotario

No lo sé de cierto pero ha de ser cabrón que le fusilen a uno sus ideas, y más que no le den crédito, y más aún que sea un premio nobel! Aunque esto último no suena tan “pior” porque eso me da una idea de que no estoy solo en esto de la falta de inspiración, no señor, el mismísimo Saramago me acompaña.
Pos ahí estaba, curioseando en www.cazadeletras.unam.mx si, ese novedoso concurso donde un selecto grupo de aspirantes a escritores desarrollan las ideas que les dan; hay público, opinas, votas y botas… una chulada de puntada pues. Ahí me encontré con Teófilo Huerta www.saramagoplagiario.blogspot.com y su historia de cómo Saramago le robó algunas ideas para plasmarlas en su libro “Las intermitencias de la muerte”.
No me he leído a ninguno de los 2, tan sólo unas comparaciones que el mismo Teófilo muestra, pero se lee sincero, digo, quién perdería el tiempo inventando esas ideas?
En fin, esto me deja pensando en algo que desde siempre he creído. Creo que cuando se está “cocinando un libro” es imposible no dejarse influenciar por las ideas que uno lee por ahí, y más aún, no ceder ante la tentación de copiarse algo de los “no tan conocidos”

Animo amigo Teófilo, si no le hacen caso Pato Killer cobra bara...

jueves

I give you my heart... again?



Y tenías que irte a no sé donde chingados. Nos emborrachamos como despedida, o me emborraché solito porque hasta donde recuerdo era el único pendejo cayéndose, pero qué más daba, te ibas!!! Y qué chingados podía hacer, lo habías decidido sin consultar mis sentimientos.
Pa´ acabarla, dentro de la peda que me puse me cuestionaba si decirte... quédate!? Pero lo dije chingado! Ya no sé que duele más, decirlo y que de todos modos te fueras o el orgullo herido...

Ahí seguimos, sabes que nunca accederé a volvernos a ver.