También crecí en años, sigo acumulando experiencia… ¡bah! Ni yo me la creí, he cometido las mismas estupideces más de una vez, sólo es que te vas haciendo indiferente y no te pega tan duro como la primera.
Y bueno, siguiendo con el rollo del crecimiento ahí estaba yo, escuchando una vocecita que me actualizaba en cuanto a video juegos, anécdotas de escuela y peripecias propias de un ratón de 7 años pero, mi mente se quedó detenida en su saludo - ¡Hola viejo!- Mi hijo me acababa de llamar viejo, está bien que ya no tengo veintitantos pero estar a unos pasos de la edad peligrosa no me hace viejo, ¿o sí? No lo sé, decía el Chema tamales hace días, -¡Me siento joven!- -¡Estamos jóvenes!- Sí cabrón! Y mientras más años cumplamos así será, tal vez aceptemos el paso del tiempo el día que, por pegarle a un balón, se nos afloje hasta el mastique y tengan que llevarnos en camilla, mientras hay que darle vuelo a los piropos para las niñas que nos encontramos por el malecas, porque dentro de algunos años, se reirán de nosotros en vez de hacernos un guiño.
Y en cuanto a relaciones que terminan también crecí, cerramos el ciclo, esa historia no quiero repetirla más, creo que ya se repitió lo suficiente como para saber que, por salud mental, esta vez ni siquiera nos alcanza para una amistad; cada uno guardará lo que crea conveniente, y con el resto ya veremos qué hacer.
*El archivero está saturado, compraré uno nuevo…