miércoles

Nostalgia del pasado.

Horas…
Muchas de la memoria se han ido
pero algunas siguieron ahí, impregnando mi tiempo
con el suyo, cuestionando los recuerdos que
asomaban.
Me olvidé de aquellas horas y me odié, fue un regalo de
ese amor inexplicable que resumiste en dos estrofas entrañables.
Mira si es sabio el tiempo e inamovible el sentimiento,
hoy las he vuelto a ver y te sorprendería saber;
sé que jamás fueron mías, pero aún siguen aquí,
ahogando recuerdos que estallan,
en el febril vacío de un pensamiento que muere.

Tu canción, tu color, tus palabras...

domingo

Tu nombre

Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trato de escribir que te
amo. Trato de decir a oscuras esto. No quiero que nadie se entere, que
nadie me mire a las tres de la mañana paseando de un lado a otro de la
estancia, loco, lleno de ti, enamorado. Iluminado, ciego, lleno de ti,
derramándote. Digo tu nombre con todo el silencio de la noche, lo grita
mi corazón amordazado. Repito tu nombre, vuelvo a decirlo, lo digo
incansablemente, y estoy seguro que habrá de amanecer.

miércoles

Tejiendo sueños a distancia



17-mzo-04

Encuentros que desfogan la pasión contenida antes que la ciudad que duerme amanezca, y con ello, el amargo sabor de otra despedida.
¿Cuántas promesas morirán aquí? En esta sala, mientras espero partir.
No hay despedidas efusivas ni beso en los labios, fingimos ser extraños que se han encontrado y deciden conversar; que ironía, así empezó todo, dos extraños coincidiendo en el camino.
¿Volveré? ¿Cuándo? ¿Estarás?
No lo sé, quiero pensar que jamás me voy, quiero pensar que te traigo conmigo, quiero pensar que esto es lo mejor, quiero pensar que te conocí primero y…

He llegado, ya te extraño. Haz impregnado mi cuerpo con el tuyo y ahora no sé como sobrevivir a las ausencias. ¿Te llamo? ¿Me extrañarás?

Hola, no me aguanté y te he llamado ¿Puedes hablar? Genial.
Sé que es muy pronto pero ¿Cuándo te veré otra vez?... 15-sep-07.

Busco entre respuestas la más convincente...



Miro hacia delante pero no veo nada.
La bruma de la incertidumbre descansa pesadamente sobre la senda.
A lo lejos escucho que alguien llama mi nombre.
Una voz indeterminada desde un indeterminado sitio.
Más aún subsisto.
Viajo en cortejo con los demás, temerosos de
recorrer sus propios caminos.
No puedo desobedecer a mi voz.
No puedo cerrar mis ojos, sonreír y permanecer como los otros.
Necesito alejarme, necesito huir entre la noche.
Yo solo.
Pasando inadvertido. Sin despedida.