Funciona, llego a la oficina con el ánimo a toda madre, tanto que no me importa que sean las 8:30 am y los demás aún no lleguen.
9:40 am y aparece la primera, comienza la danza de las excusas pero, no las necesito, sé que perder la estabilidad que un empleo da, te pega. Y no puedo exigir lealtad ni respeto por una empresa que se vende por el hastío que provoca la rutina, aunque algunos lo entendemos.
Total, ya que, sólo nos queda disfrutar las mega vacaciones que el jefazo autorizó; y esperar que mi vida no se vuelva como la de “Dick”, sí, el de la peli esa de “Las locuras de Dick y Jane”. Aunque ya si de plano las circunstancias me obligan a cambiar de profesión y con toda la pena del mundo… seré diputado!
P.D. Vote x pato. Dejaré fumar en los antros.
1 comentario:
¡Hola!
Tanto tiempo sin leerte. Te extrañé.
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