Recuerdo mi primer empleo de hace 22 años (el alzheimer aún no se apodera de mi por completo y me permite estos destellos de lucidez) mi madre me obligó a llegar a aquel lugar y decir: supe que necesita un ayudante, yo soy ese que busca...
La historia se repite, vuelvo al punto que me vio partir, la diferencia es que ahora cargo un saco repleto de experiencia que promete; y pues ya si no.
Que sepa mi amá que sus consejos, pellizcos, coscorrones y zapes valieron la pena. Y que sepa el jefazo que aunque muchas veces me harté de la rutina de asentir sin cuestionar, lo extrañaré, el tipo es único, y el chema también (afortunadamente) con otro wey de esos y el mundo jamás habría conocido la evolución.
Ahora, a buscar un sitio que me sorprenda tanto como Maza, los inseparables ya están listos...
*A falta de visa, voy de ilegal aunque se enfaden los gringos.
*Prenda un marlboro con otro, total, igual se va a morir.
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