Claro que, cada quien tenemos niveles de intensidad distintos, de expresarnos, de sentir; pero lo cierto es que, espero porque lo digo.
Que te quedes en la cama después de hacer el amor. Que me digas que te llame o que aceptes cuando tus palabras se equivocan. Que guardes tus analogías en el sótano y le pongas nombres a las discusiones, los nuestros.
Pero, nada pasa y sigo esperando. Y los días van transformando en desánimo esa rara sensación en la panza del que espera en silencio un gesto de complicidad.
*me encabrono y luego pienso...
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